¿QUÉ ES UN SANTUARIO?
Un santuario es la memoria viva de una determinada
intervención de Dios en la historia y el símbolo de que ha querido poner su
morada entre los hombres para renovar con ellos su alianza: “ustedes serán mi
pueblo y Yo seré vuestro Dios” (Jeremías 31, 33; Ezequiel 36,28). A este lugar
sagrado peregrinan los fieles para encontrarse con Dios y entregarle su
corazón, y allí Dios les renueva permanentemente su amor y repone sus fuerzas.
Los santuarios están dedicados a Nuestro Señor, a la
Santísima Virgen María o a un santo, a través de los cuales Dios ha querido
manifestarse a los hombres, y ofrecen a los fieles, que hasta allí peregrinan, diversos auxilios espirituales y promesas que les ayudarán a experimentar la
bondad y la misericordia divinas.
EL SANTUARIO ARQUIDIOCESANO DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
El 16 de Julio del 2013 el Cardenal Juan Luis Cipriani
Thorne declaró a nuestra Parroquia como Santuario Arquidiocesano para que se extienda y
promueva activamente entre los fieles la espiritualidad del Sagrado Corazón.
Esta espiritualidad no se fundamenta sólo en unas prácticas piadosas o en el
rezo de ciertas oraciones; sino que es, ante todo, un “programa” de vida y
ofrece, a quienes se esfuerzan por cumplirlo, una serie de gracias particulares
entre las que destacan las llamadas “Promesas del Corazón de Jesús”.
Según el
mismo Corazón Divino lo reveló a su mayor confidente, Santa Margarita María de
Alacoque, este “programa”, Dulce Pacto o “Consagración” al Sagrado Corazón de
Jesús tiene la exigencia de “AMAR, REPARAR y GANAR ALMAS”, las que podrás
concretarlas a través de las siguientes ayudas que te ofrece el Santuario:
1° La Hora Santa: El Corazón de Jesús nos invita cada jueves
a velar una hora con Él "tanto para calmar la cólera divina, pidiendo
misericordia para los pecadores – nos dice -, como para suavizar, de algún modo,
la amargura que sentí al ser abandonado por mis Apóstoles, obligándome a
echarles en cara el no haber podido velar una hora conmigo." (El Corazón
de Jesús a Santa Margarita)
2° Los Primeros Viernes: "Yo te prometo en la
excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor todopoderoso concederá, a
todos los que comulgen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la
penitencia final; que no morirán en desgracia ni sin recibir los sacramentos,
al menos los que sean necesarios para recuperar la gracia, siendo su refugio
seguro en este último momento". (Idem)
3° La Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús: "Te
pido que el primer viernes después de la octava del Santísimo Sacramento sea
dedicado a una fiesta particular para honrar mi Corazón, comulgando ese día y
reparando su honor mediante una pública y contrita confesión de la culpa, para
reparar las injurias que ha recibido durante el tiempo que ha estado expuesto
en los altares. Yo te prometo también que mi Corazón se dilatará para derramar
con abundancia las influencias de su divino amor sobre aquellos que le
tributaren este honor y los que procuran que se le sea tributado" (Idem)
¿QUÉ OTRAS GRACIAS ENCONTRAMOS EN EL SANTUARIO?
1° El Santuario es el lugar por excelencia donde se
experimenta la misericordia de Dios, especialmente por medio del sacramento de
la penitencia o confesión. Además, nos ofrece aquella expresión del "don
total de la misericordia de Dios", que es la indulgencia, con la cual "se condona al pecador arrepentido la pena temporal por los pecados ya perdonados en cuanto a la culpa". Ésta se podrá ganar en las
siguientes:
- Visitar el Santuario y celebrando la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
- Rezando públicamente el acto de reparación al Sagrado Corazón del día de su Solemnidad.
- Una vez al año, en el día escogido por el fiel para visitar el Santuario.
- Cada vez que se participe en una peregrinación colectiva que tenga lugar en el Santuario.
- El día en que por primera vez se consagra una familia al Sagrado Corazón de Jesús.
- Adorando el Santísimo Sacramento durante la Hora Santa o en otro momento por al menos media hora.
- Rezando con devoción el Rosario o leyendo la Sagrada Escritura durante al menos media hora en el Santuario.
2° El Santuario nos invita a cultivar el sentido de la
trascendencia y así se constituye en una excepcional escuela de oración. La
visita al santuario será la oportunidad para favorecer la oración personal y
comunitaria, especialmente empleando la Liturgia de las Horas.
3° El Santuario es el lugar propio del encuentro con Cristo
Eucaristía y con la Palabra de Dios. A través de estos encuentros íntimos y
personales con el Dios Vivo, Él renueva
permanentemente Su alianza con nosotros y allí también nosotros volvemos a
entregarle nuestro corazón.
4° El Santuario nos recuerda, finalmente, que Dios ha
querido ser nuestro compañero en la vida, solidario con nuestras alegrías y
tristezas. Por ello, el Santuario nos impulsa a que también nosotros salgamos
al encuentro de nuestros hermanos, especialmente de los más necesitados en el
cuerpo y el espíritu.
¡PEREGRINEMOS AL SANTUARIO!
“¡Qué alegría cuando
me dijeron: vamos a la casa del Señor! (Sal 122,1). Peregrinar significa “salir
de nosotros mismos y ponernos en camino”. Porque el Santuario es el símbolo de la
morada de Dios entre los hombres, la peregrinación al Santuario es la expresión
por excelencia del deseo de encontrarnos con el Corazón de Jesús para renovar
con Él Su alianza, para volverle a entregar nuestro corazón y para que Él lo
transforme a imagen del suyo.
Pero, también, la peregrinación al Santuario es un “camino
de conversión”. A lo largo de la peregrinación se nos invita a tomar conciencia
de la fragilidad de nuestro corazón y a hacer el propósito de orientarlo
decididamente hacia Dios; se nos invita a olvidarnos de nosotros mismos para
lanzarnos a trabajar por completo en pos del reinado del Corazón de Cristo.
¡Te daré un corazón nuevo y te infundiré un espíritu nuevo! Quitaré de ti el corazón de piedra y te daré un corazón de carne. “Ustedes serán mi pueblo y Yo seré vuestro Dios”, (Ezequiel 36,26.28).